Además de tu cuerpo y tu mente, también debes considerar alimentar tu espiritualidad. Cuidando estos tres pilares tendrás equilibrio y paz en tu vida.

Te recomiendo cuatro sencillos pasos con los que pueden comenzar.

Medita: Aumenta tu conciencia plena y aléjate de las preocupaciones de la vida cotidiana. Puedes meditar por tu cuenta o con un grupo de meditación. Orar es también una herramienta poderosa para conectar contigo mismo y con tu creador, no importa la religión que práctiques.

Conéctate con la naturaleza: Haz senderismo o sal a caminar bajo la luz del sol. Observa el mundo que te rodea (los árboles, las flores) y agradece por el mundo en el que vives. Caminar descalzo sobre el césped es otra manera de conectar con la energía de la naturaleza y si es a primera hora de la mañana, mucho mejor.

Disfruta de las obras de arte: Visita lugares religiosos conocidos por su arquitectura, música u obras de arte religiosas. Disfruta de un recorrido por un museo, galería de arte o escucha música, desde clásica o música que te ponga de buen humor.

Exprésate con creatividad: La expresión creativa puede profundizar tu comprensión espiritual. La música, la danza y cualquier forma de creación que te haga sentirte centrado y en paz son de ayuda. Baila, dibuja, ¡canta mientras de bañas!.

Recuerda que el desarrollo espiritual es un proceso personal y único para cada una de nosotras. Estos pasos pueden ser un punto de partida, pero te animo a explorar diferentes prácticas y encontrar lo que resuena contigo.